SOPA PICANTE DE POLLO Y SETAS

 

Esta sopa picante de pollo y setas es una de mis cenas preferidas de invierno, tiene sabor, y aunque es ligera, es lo suficientemente saciante como para ser un plato único por la noche.

Se prepara a partir de un buen sofrito de cebolla y puerro, con pollo y setas de temporada, el toque picante lo aportan las guindillas secas y molidas en hojuelas.

Yo suelo añadir cúrcuma, me encanta su sabor y su color, pero lo que más me gusta son sus propiedades nutricionales.

Si quieres conocer las propiedades y beneficios de la guindilla y la cúrcuma, en esta entrada tienes un resumen de sus principales beneficios, y una serie de recetas en las que puedes incorporarlas.

Esta vez he preparado mi sopa picante de pollo con unos champiñones portobello, pero también acostumbro a usar shiitake o setas ostra, puedes usar las que encuentres o tengas disponibles, el resultado será igual de rico.

Algunas veces la dejo así, y otras añado espinacas o acelgas, ese toque de hoja verde me encanta y le da más cuerpo y volumen a la sopa, además de aportar otros nutrientes.

Me gusta prepararla por la mañana y dejarla reposar hasta la hora de la comida, cuando llega el momento, la caliento, añado las espinacas y le doy el último hervor, yo creo que así está mejor, más sabrosa.

 

Prepara esta sopa picante con pollo y setas o cambia los ingredientes principales por sepia y alcachofas.

 

Si quieres puedes “darles la vuelta a los ingredientes, ¿qué quiero decir?, pues que en lugar de usar pollo y caldo de pollo, puedes usar sepia o calamar, con gambas y alcachofas, y usa un caldo de pescado, haz otra versión del mismo plato.

Las especias y el resto de ingredientes funcionan igual en ambos casos y es una manera de variar sin aburrirse.

 

 

En invierno empezar la comida y la cena con un consomé o una sopa resulta siempre agradable, pero si existe la posibilidad de unir ese consomé con las proteínas y las verduras para montar un plato completo, ¿por qué no hacerlo?.

Ese es el caso de esta sopa, en un solo plato lo tienes todo, caliente, sabroso, reconfortante y muy nutritivo.

Usa un caldo casero si tienes la posibilidad de hacerlo, sino, no te preocupes, compra un caldo comercial de calidad y prepara la sopa a tu gusto.

Añade las especias que más te gusten o evítalas y haz tu sopa con los sabores de siempre, no importa, va a quedar sabrosa y también será muy nutritiva.

 

Prepara caldo casero de vez en cuando y congélalo para usarlo poco a poco en recetas como esta.

 

Hay algo importante que debemos tener en cuenta cuando preparamos sopas, consomés y cremas, se trata de la temperatura ideal de consumo, es decir, de tomarlos calentitos, pero no ardiendo.

Es fundamental dejar que la sopa o crema temple antes de consumirla, lo ideal es tomarla a una temperatura similar a la de nuestro cuerpo, alrededor de los 37ºC.

Si tomamos sopas, caldos o bebidas muy calientes, se produce una agresión a la mucosa y los tejidos de la boca y el esófago, lo cual puede producir irritación e incluso quemaduras.

Si sufres reflujo evita los alimentos muy calientes, así como los muy fríos, ambos agreden la mucosa.

Así que siempre es mejor dejar que los alimentos muy calientes templen un poco antes de ingerirlos, sin embargo es cierto que los alimentos calientes facilitan la digestión y mantienen nuestra temperatura corporal, por eso son tan agradables, especialmente cuando hace frío.

 

 

Por qué me gusta tanto esta receta:

• Es muy fácil de preparar.
• Es muy sabrosa.
• Con guindilla es picante y a mi me encanta.
• La comida picante es más saciante.
• Lleva cúrcuma, una de mis especias favoritas.

 

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