Vinagreta clásica
Vinagreta clásica: el aliño sencillo que transforma cualquier ensalada.
La vinagreta clásica es uno de esos aliños que nunca pasan de moda. Sencilla, versátil y muy fácil de preparar, se ha ganado un lugar en la cocina mediterránea por mérito propio. Es ligera, equilibrada y combina prácticamente con cualquier tipo de ensalada o plato de verduras. En este post te explico cómo prepararla bien, cómo personalizarla según tus gustos y por qué es una herramienta tan útil en una alimentación saludable.
Un básico imprescindible en una cocina saludable
Cuando hablamos de aderezos caseros, la vinagreta ocupa un lugar especial porque demuestra que no hace falta complicar las recetas para conseguir resultados excelentes. Con solo tres ingredientes, aceite, vinagre y sal es posible elaborar un aliño que realza el sabor de prácticamente cualquier plato fresco.
Además, preparar tu propia vinagreta tiene varias ventajas:
- Controlas los ingredientes.
- Evitas azúcares añadidos, espesantes, aceites refinados o aditivos presentes en muchos aderezos comerciales.
- Puedes adaptarla al tipo de plato que vayas a preparar.
Es una opción coherente con una alimentación equilibrada, basada en alimentos reales, donde el aceite de oliva virgen extra juega un papel protagonista.
Ingredientes básicos: la base de una buena vinagreta
Para preparar una vinagreta clásica solo necesitas:
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Vinagre (de vino blanco, jerez, balsámico o sidra de manzana)
- Sal
La proporción clásica suele ser tres partes de aceite por una parte de vinagre, pero este equilibrio puede ajustarse según el tipo de vinagre y el gusto personal. Algunos vinagres son más suaves, como el de sidra; otros, como el de jerez, tienen un sabor más intenso. Adaptar la proporción es clave para conseguir un resultado armónico.
La sal completa el trío básico. Es importante añadirla desde el principio para que se disuelva bien en el vinagre antes de incorporar el aceite.
La vinagreta clásica es un aliño esencial que realza cualquier ensalada con ingredientes sencillos y sin procesados.
Cómo preparar una vinagreta clásica paso a paso:
Preparar esta vinagreta no tiene misterio, pero hay pequeños detalles que pueden mejorar el resultado final.
Coloca el vinagre en un cuenco pequeño y añade una pizca de sal, remueve hasta que se disuelva.
Incorpora el aceite de oliva virgen extra en un hilo fino mientras bates con unas varillas o un tenedor.
Sigue batiendo hasta que se forme una emulsión ligera.
El objetivo es conseguir una textura homogénea, con un aspecto ligeramente espeso y sin que el aceite se separe del vinagre de inmediato.
No es necesario que emulsione de forma perfecta como una mayonesa, pero sí que tenga una consistencia uniforme.

Elige tu tipo de vinagre según el plato
Una de las ventajas de la vinagreta es que admite variaciones simplemente cambiando el tipo de vinagre. Cada uno aporta un matiz distinto:
- Vinagre de vino blanco: suave y fresco.
- Vinagre de Jerez: más aromático y con un sabor profundo.
- Vinagre balsámico (Módena): aporta dulzor natural y un toque oscuro y denso.
- Vinagre de sidra de manzana: suave, frutal y digestivo.
Elegir un vinagre u otro puede cambiar completamente la personalidad de la ensalada. Lo ideal es probar varios hasta encontrar el que encaja mejor con tus preferencias o con los ingredientes del plato.
Cómo enriquecer tu vinagreta
La receta básica es perfecta para el día a día, pero si buscas una versión más completa puedes añadir ingredientes que aporten sabor, textura y propiedades nutritivas.
Algunas opciones:
Mostaza: ayuda además a que la vinagreta emulsione mejor. Añade entre media y una cucharadita para dar un toque más aromático y ligeramente picante.
Pimienta: puedes usar pimienta blanca, negra o una mezcla de colores. Aporta profundidad y un punto especiado.
Semillas: añadir semillas es una manera sencilla de incorporar textura y aumentar el valor nutricional del plato, aportan grasas saludables, minerales y un punto crujiente muy agradable.
- Pipas de girasol
- Pipas de calabaza
- Semillas de sésamo
- Semillas de chía
Hierbas frescas o secas: perejil, cebollino, orégano, albahaca o tomillo son opciones excelentes para variar el sabor de tu vinagreta según la estación del año.
Prepararla en casa te permite controlar los ingredientes y evitar azúcares añadidos o aceites de baja calidad.
Con qué platos combina mejor
La vinagreta clásica combina prácticamente con cualquier ensalada, desde las más simples hasta las más completas.
Queda muy bien con rúcula, mezclas de hojas verdes, lechuga romana o brotes tiernos, aguacate, tomate fresco, pepino, zanahoria rallada, cebolla morada.
También es una buena opción para ensaladas de legumbres, verduras asadas o al vapor, boles más completos con quinoa, arroz de coliflor o garbanzos, y con ensaladas templadas con pollo, pavo o tofu.
La versatilidad es uno de sus mayores atractivos.
Una opción inteligente cuando comes fuera de casa
Uno de los consejos más prácticos en alimentación saludable es elegir el aliño adecuado cuando comes en restaurantes. En muchas ocasiones, las salsas que se utilizan en bares o locales de comida rápida contienen azúcar, aceites de baja calidad o ingredientes poco recomendables.
Por eso, pedir una vinagreta simple o un poco de aceite de oliva virgen extra es una opción segura. También puedes optar por un aliño balsámico básico si no estás seguro de los ingredientes de las salsas más elaboradas.
Elegir el aliño correcto te permite disfrutar de una comida equilibrada sin necesidad de renunciar al sabor.
Por qué esta vinagreta es coherente con una alimentación saludable
A nivel nutricional, esta vinagreta tiene varios puntos a favor:
- Controlas completamente los ingredientes
- No dependes de aderezos comerciales que pueden contener azúcares añadidos o aceites refinados.
- Te ayuda a mantener un patrón de alimentación sin procesados
- La combinación de aceite de oliva virgen extra y vinagre forma parte de la base de una dieta mediterránea equilibrada.
- Es ligera y realza los sabores naturales
- Facilita comer más verduras
Un buen aliño aumenta el disfrute, y eso hace que comer ensaladas se convierta en un hábito más sostenible.
Con pequeñas variaciones como mostaza, pimienta o semillas, puedes adaptar la vinagreta a cualquier plato de forma saludable.
Variaciones que puedes probar
Incorporar ralladura de limón o de naranja, usar vinagres aromatizados o incluir ajo picado muy fino o ajo asado. Son pequeños cambios que permiten adaptar la vinagreta a platos distintos sin perder su esencia.
La vinagreta clásica es un recurso sencillo y efectivo para dar sabor a tus ensaladas de una forma saludable. Es fácil de preparar, acepta muchas variaciones y encaja perfectamente en un estilo de vida basado en alimentos reales y en una cocina mediterránea actual.
Tener una vinagreta casera lista en la nevera te ayuda a comer mejor y disfrutar más de tus verduras.
Descubre otra deliciosa vinagreta:

Vinagreta clásica
Ingredientes
- 3 cda aceite de oliva virgen extra
- 1 cda vinagre (elige el que más te guste)
- 1/2 cda mostaza de Dijon
- 1 pizca sal marina
- 1 pizca pimienta
- 1 cda semillas de sésamo (opcional)
Instrucciones
- Emulsiona bien el aceite, el vinagre y la mostaza.
- Añade la sal, la pimienta y el sésamo y sigue mezclando.
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