Para empezar debes cocinar el pescado, a mi me gusta cocer el bonito y la caballa al horno, al ser pescados azules desprenden fuertes olores si se hacen a la plancha, cocinándolos al horno evitas ese problema en gran medida.

Cuando vayas a escabechar bonito o caballa es importante limpiarlo para que suelten la sangre, en una bandeja pon agua fría y unos cuantos cubitos de hielo, sumerge el pescado y déjalo en la nevera entre una y dos horas, después sácalo y sécalo con papel de cocina para quitar el exceso de humedad.

Precalienta el horno a 200º, en una bandeja para horno añade un poco de aceite de oliva y un chorrito de agua, sazona el pescado con sal y pimienta blanca, y ponlo en la bandeja. Hornea a 180º durante 15 minutos el tiempo dependerá de la potencia de tu horno.

Por otro lado prepara el escabeche, es muy fácil, en una olla mediana sofríe la cebolla, las zanahorias y los ajos, añade las bolas de pimienta y el laurel.

Cuando esté bien sofrito echa el vino blanco y deja hervir hasta que se evapore el alcohol.

Añade el agua, el vinagre de manzana y el aceite de oliva virgen extra.

Deja cocinar durante 20-25 minutos a fuego medio.

Saca el pescado del horno y ponlo en una bandeja de vidrio resistente al calor, lo ideal es que sea un recipiente plano, echa el escabeche caliente por encima del pescado cubriéndolo y deja que se enfríe a temperatura ambiente, después tápalo bien y guárdalo en la nevera.

Lo ideal es consumirlo al día siguiente o a los dos días. En el frigorífico te puede durar perfectamente una semana.