Lo primero que debes hacer es escaldar los tomates para poder pelarlos con facilidad. Lávalos y hazles un corte en forma de cruz, introdúcelos en el agua hirviendo durante 2 minutos, sácalos y reserva.
En una olla mediana echa el aceite de oliva y sofríe la cebolla, el ajo, el pimiento y la zanahoria, todo cortado en trocitos. Añade una pizca de sal, pimienta y una hoja de laurel, deja que se cocine.
Mientras se hacen las verduras, pela los tomates previamente escaldados, al haber hecho un corte, la piel saldrá sola, córtalos en cuadraditos y añádelos al sofrito. Deja sofreir unos minutos.
Añade el medio litro de agua, remueve todo y deja que se cocine durante unos 20 minutos.
Cuando esté hecho, retira la hoja de laurel y tritúralo todo. Cuanto más fina sea la textura mejor.
Prueba la sopa y rectifica la sal y la pimienta. Ya la puedes servir, decórala con un poco de pimienta y unas gotas de aceite de oliva. También puedes añadir unas hojas de hierbabuena o menta, le da un toque fresco muy agradable, o el clásico perejil. ¡El rojo y el verde combinan de maravilla! ;-)
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