LA DIETA PALEOLÍTICA
Cueva de Altamira
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Cuando estudiaba Arte Prehistórico en la Facultad de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, allá por el año 2000, no podía imaginar que un día acabaría adoptando la “dieta” que aquellos primeros humanos de la Edad de Piedra, supuestamente profesaban.
Once años después, durante mi embarazo, me diagnosticaron diabetes gestacional y no tuve más remedio que tratar de buscar respuestas y soluciones a lo que me estaba pasando.
Por desgracia este proceso tuvo que ser individual, puesto que la ayuda por parte de ginecólogo, endocrino y enfermería fue muy limitada y no daba respuesta a mis dudas.
Mis preocupaciones y continuas preguntas sobre nutrición y diabetes se centraban, más en concreto, en la relación dieta-enfermedad.
Evidentemente, estos profesionales no contaban con una formación específica en nutrición y dietética y no fueron capaces entonces de establecer un plan de acción adecuado, más allá de dietas estandarizadas, consejos sanitarios básicos y medicación.
En “La Dieta Paleolítica”, Loren Cordain establece las bases de esta corriente, basada en el rechazo a los productos procesados.
En mi incansable búsqueda por aprender a comer correctamente, me topé con el libro de Loren Cordain, La Dieta Paleolítica1, que en un principio debo reconocer, me cautivó.
Loren Cordain es el creador de lo que conocemos como Dieta Paleolítica, y en este libro, establece las bases de lo que, a su juicio, es la dieta más adecuada para el ser humano.
“Comer como lo hacían nuestros ancestros”, esa sería la base de la ya famosa dieta paleolítica. Pero ¿a qué hace referencia exactamente esta afirmación?. ¿A qué ancestros se refiere?.
La dieta paleolítica, como su nombre indica, pone el foco en el tipo de alimentación que, supuestamente, se daba durante el Paleolítico, momento de la Prehistoria que tuvo lugar durante el periodo de tiempo más largo de existencia de la humanidad, desde hace 2,5 millones de años hasta hace 10000 años, aproximadamente.
Aquellos primeros pobladores de la tierra eran cazadores-recolectores, y se cree que nuestra genética está adaptada para comer como lo hacían ellos, una dieta que según Cordain, “diseñó la naturaleza”2.
Las sociedades paleolíticas eran cazadoras-recolectoras y nómadas.
La Edad de Piedra3, se divide en dos periodos, el Paleolítico, (Piedra antigua), y el Neolítico (Piedra nueva), fue durante el paso de un periodo al otro, proceso que duró muchos años, cuando se produjo un gran cambio en la humanidad, se conoce como la Revolución Neolítica, (revolución agraria).
Dicho periodo de tiempo comenzó hace unos 10000 años con los primeros cultivos en Oriente Próximo y la aparición de la ganadería.
El hombre pasó de ser nómada a ser sedentario y progresivamente se inició el consumo de cereales, legumbres, lácteos y carnes de granja y, según Cordain, fue entonces cuando la humanidad comenzó a sufrir enfermedades.
Revolución neolítica: paso de las sociedades nómadas al sedentarismo como consecuencia de la agricultura y la ganadería.
¿En qué consiste la dieta paleolítica?:
- Se caracteriza por el consumo de proteínas de origen animal, reducir el consumo de carbohidratos, y que éstos procedan de frutas y verduras, evitando cereales, tubérculos y azúcar refinado.
- Consumir abundante fibra procedente de frutas y verduras, pero evitar las legumbres.
- Consumir grasas saludables, monoinsaturadas, poliinsaturadas y tratar de alcanzar un equilibrio entre ácidos grasos Omega 3 y Omega 6.
- No consumir lácteos y sobre todo, evitar cualquier producto procesado.
La dieta paleolítica da prioridad a las carnes y pescados de calidad, frutas, verduras y hortalizas y a los frutos secos y semillas.
Ventajas de la dieta paleolítica:
Desde mi punto de vista, la principal ventaja es la gran importancia que da a evitar los productos procesados. Hace hincapié en consumir alimentos tal y como vienen de la naturaleza, cocinando en casa, de una manera sencilla.
Otra ventaja es que recomienda reducir los carbohidratos con respecto a las dietas más comunes, y que éstos procedan de frutas y verduras, en mi caso esto, fue muy positivo.
Aprender a aportar entre un 40% y un 50% de hidratos de carbono a la dieta eliminando especialmente la harina de trigo, (pan, pasta), las féculas, (patata) y el arroz.
Potenciar el consumo de frutos secos, algunos pseudocereales, como la quinoa y el trigo sarraceno y aprender qué frutas y verduras eran las más adecuadas para mi patología.
Se puede afirmar y parece que hay consenso entre los científicos que la dieta paleo:
- Mejora el control de la glucemia.
- Mejora el perfil lipídico (control del colesterol y triglicéridos).
- Contribuye a reducir la masa grasa y, en consecuencia, a disminuir el peso corporal.
- Previene las enfermedades cardiovasculares.
La dieta paleo puede ayudar con el control de la glucemia, los niveles de colesterol en sangre y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Pero no es tan sencillo, dichas ventajas se cumplirán si el aporte de los diferentes alimentos es el adecuado y si no se recurre al auto-engaño.
Hay que evitar el abuso de frutas desecadas, mieles, panela y todos esos alimentos, que aunque sean naturales, son ricos en azúcares simples e hidratos de carbono.
Volviendo a mi experiencia personal, a pesar de que no mantuve esta dieta de manera estricta durante mucho tiempo, apenas 6 meses, su conocimiento marcó un punto de inflexión en mi modo de alimentarme, de comprar y de cocinar.
Produjo en mí, un cambio de mentalidad, que ya no tiene vuelta atrás. Durante estos últimos 8 años he desarrollado muchas recetas que de otro modo nunca hubiera podido crear, las que comparto en esta misma página www.missblasco.com y otras muchas que irán saliendo.
El principal inconveniente es la restricción de alimentos habituales en las dietas occidentales: cereales, legumbres y lácteos.
Considero que la dieta paleolítica tiene también algunas desventajas:
- Es altamente restrictiva, porque al no poder consumir cereales, legumbres y lácteos puede resultar cansino y aburrido, además de no contar con el aporte nutricional de estos alimentos.
- Sus detractores apuntan a un exceso de proteínas, pero esto es relativo puesto no se marcan cantidades de macronutrientes y micronutrientes, sólo se incide en el no consumo de determinados alimentos.
En este sentido, una alimentación paleo puede consistir en una reducción de los carbohidratos hasta el 40%, por ejemplo, lo cual no es extremista y no requeriría de un aumento tan exagerado de las proteínas y se compensaría con grasas saludables.
Si tú también crees que adoptar una dieta así es demasiado y no podrías soportarlo, puedes tomar el camino de en medio, como hice yo.
Una buena opción es tomar esta dieta como base y añadir productos de alta calidad como lácteos enteros y algunas legumbres.
Mi conclusión:
Me quedo con la dieta paleolítica como base y la aderezo con lácteos enteros de calidad, algunos cereales, aunque muy pocos y siempre integrales, y una cantidad moderada de legumbres, (¡no sin mi hummus!).
Este tipo de dieta, junto con un entrenamiento diario, ha hecho que pueda controlar la diabetes, mantenerme en un peso estable y en definitiva, sentirme muy bien.
¡Saludos!
Francesca.
1Cordain, Loren. La Dieta Paleolítica, Ediciones Urano, 2011
2Cordain, Loren. La Dieta Paleolítica, Ediciones Urano, 2011, página 15
3Edad de Piedra. https://es.wikipedia.org/wiki/Edad_de_Piedra
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Jose
Gracias por el artículo, muy acertado y de agradecer. Uno de los inconvenientes es que alimentarse prescindiendo de cereales y procesados es muy caro, las proteínas y productos frescos no pueden competir con los hidratos, salvo contadas excepciones. Y va a ser difícil revertir el asedio al presupuesto de la cesta de la compra, asediado cada dia más con nuevos dispendios en tarifas de datos, abonos y suscripciones digitales, ocio a precio de oro, gin tonics ‘premium’ o modas consumistas variopintas. Solo hay que ver como ha cambiado Mercadona la dieta de sus clientes, orientada a du beneficio. Luego dirán que venden lo que les pide la gente, excusa parecida a la que dan las productoras de telebasura. Yo creo que no es cierto, ambos actores, los Mercadonas o Telecincos de turno promocionan y alientan el consumo de aquello que les depara más beneficios, sin importar alterar los hábitos y las necesidades de sus clientes, o crear nuevas necesidades a su antojo, algo totalmente proscrito desde un punto de vista ético y especialmente reprobable cuando se trata de la alimentación (y la salud) de la población.
missblasco
Hola Jose, te doy la razón en cuanto a que, en general, es más costoso proveerse de alimentos frescos y proteínas de calidad, pero sabemos que eso no debería de ser así, lo interesante de esto es aprender a cocinar y a comprar todos esos productos frescos de temporada, que por serlo, son más baratos y saber que hay carnes y pescados que por no ser los más apreciados, son mucho más baratos que sus equivalentes de primera línea. Merece la pena esforzarse para que nuestra cesta de la compra sea lo más saludable posible sin caer en los continuos engaños que la industria alimentaria y los grandes distribuidores nos ofrecen. En la educación nutricional está la clave, más allá del presupuesto. Yo abogo por incluir la educación nutricional en los colegios desde los primeros estadios, creo que es algo fundamental y nos ayudaría mucho a todos. Saludos y gracias por tu comentario. 🙂